“No hay obstáculos imposibles; hay voluntades más fuertes y más débiles, ¡eso es todo!” – Julio Verne
A lo largo de la preparación de la oposición, durante más o menos tiempo y según la circunstancia de cada cual, se ha invertido un tiempo y un esfuerzo en estudiar, aprender, trabajar y en definitiva crear un producto final: la Programación Didáctica.
Esta parte es la más trascendental de la oposición, ya que es donde se deberán demostrar las aptitudes pedagógicas y el dominio de las técnicas necesarias para ejercer la docencia.
Para ello, hay que presentar la Programación Didáctica por escrito al tribunal y, posteriormente, defenderla oralmente. Es último será el momento decisivo, la mejor oportunidad que tendréis para demostrar el valor y el esfuerzo invertido en vuestro trabajo.
Consejos para la exposición de la Programación didáctica
- De entrada, para proyectar una buena impresión ante el tribunal, es muy importante cuidar el aspecto físico. Lo mejor es vestir de manera formal y neutral.
- A partir de aquí, hay que convencer de que vuestro “producto” es el mejor de todos. Para esto, hay que presentarse relajado y transmitir seguridad sin caer en la arrogancia.
- Es muy importante demostrar que tenéis una buena competencia comunicativa. Iniciar la exposición con una presentación personal y una buena introducción os ayudará a captar el interés del tribunal desde el principio. Mostrad originalidad; tenéis que ser únicos.
- Durante toda la exposición hay que tener mucho cuidado con que los nervios no nos jueguen malas pasadas, como hablar demasiado rápido, olvidarnos de algún apartado importante, mostrarnos inquietos, etc. Una buena fórmula para disimular la tensión y los nervios es hablar relajadamente y vocalizando, utilizando un tono de voz firme, claro y fluido. El registro que utilicéis debe ser formal, con mucho rigor y riqueza lingüística, que muestre vuestra profesionalidad.
- A lo largo de la defensa hay que argumentar las decisiones que se han adoptado durante todo el proceso. Es muy importante poner ejemplos y tenerlo todo muy bien estructurado, siguiendo un orden lógico al enlazar los diferentes apartados y evidenciando la cualidad de vuestra propuesta didáctica para la acción docente en el aula.
- Debéis enfatizar los aspectos más relevantes: normativa curricular, globalización, perspectiva de género, medidas de atención a la diversidad, inclusión, metodologías, TAC, evaluación… según corresponda en vuestro caso, y todo ello siempre acompañándolo de ejemplos, autores, bibliografía o marco legislativo relacionado con el tema abordado en cada momento.
- Finalmente, al hacer la conclusión es un buen momento para retomar la idea principal y exponer la visión personal sobre el tema.
La importancia de cuidar las Conclusiones
- En las conclusiones de la Programación didáctica tenéis que encontrar la manera de poderlas enlazar con la introducción de la Unidad que expondréis a continuación. Puesto que no sabréis con antelación que Unidad os tocará defender, podéis aprovechar una parte de los 60 minutos que os dan para prepararos esta tarea.
- En cuanto a las conclusiones de la Unidad Didáctica, ya que serán al final de vuestra exposición, agradeced al tribunal la atención prestada y mostrad vuestro interés en responder a todas las dudas o cuestiones.
En esta última parte lo más importante es responder con confianza y seguridad, de manera natural. Nadie mejor que vosotros sabrá defender y argumentar vuestra propuesta; esto significa que tenéis que conocer vuestro trabajo a la perfección. Antes de la defensa, releedlo a conciencia y estudiaros los puntos más débiles para responder las posibles cuestiones o comentarios relacionados con ello.
Una prueba oral y «no verbal»
El contenido de la exposición es esencial, pero no hay que olvidar el efecto que tiene el lenguaje no verbal en todo este proceso. Por eso es bueno ensayar y practicar con antelación todo este paso, tanto para controlar la expresión oral como la corporal, sin olvidar el tiempo que emplearemos para ello.
Dependiendo de vuestra Comunidad Autónoma, tendréis un tiempo determinando para cada una de las defensas, que pueden seguirse de un breve debate con el tribunal, donde os podrán plantear cuestiones relacionadas con el contenido de vuestra intervención.
- Delante del tribunal hay que mantener una postura natural y no demasiado estática, alternar el contacto visual con los diferentes miembros del tribunal y siempre con una buena sonrisa. En mi opinión, es esencial la actitud que mostréis: no hay que olvidar que la cara es el espejo del alma.
- Tenéis que transmitir emoción por lo que creéis y defendéis. Para esto un buen recurso es utilizar una frase, una breve historia, un deseo personal… y añadirlo a la conclusión final, ya que es con lo que se quedará el tribunal.
En definitiva, os animo a presentaros con una actitud positiva, segura y principalmente con mucha ilusión, sin perderla en ningún momento.